sábado, 23 de abril de 2016

NOMOFOBIA "LA NUEVA ENFERMEDAD"




Nos levantamos con el smartphone como despertador, por la noche lo utilizamos de linterna y si nos desvelamos lo miramos por si hemos recibido un mensaje. Cuando amanece encendemos el ordenador para revisar las noticias mientras desayunamos, en el transporte público vamos escuchando música a través del teléfono o jugando. En el trabajo, aunque sea en modo vibración, lo tenemos a mano y no nos importa recibir o contestar mensajes y siempre echamos un vistazo a nuestras redes sociales y direcciones de correo privadas en el ordenador.


Resulta casi tan difícil recordar la búsqueda que realizábamos no hace demasiado tiempo de una información en una enciclopedia como intentar encontrar una persona que no tenga un smartphone o esté familiarizada con Internet.



Así es como empieza la nomofobia, una enfermedad del siglo XXI con la que no se nace, sino que se hace. Proviene del inglés al unir No Mobile Phobia y representa el miedo, la angustia, el pánico y el sufrimiento a no estar conectado a Internet o al teléfono para poder interactuar. Paralelo a este sinvivir tecnológico se encuentra la movilfilia, que es la excesiva afición al teléfono convertida en una obsesión compulsiva de tener que estar mirándolo constantemente.



Sobran los comentarios a las definiciones porque o bien nos sentimos identificados en algún apartado o conocemos a alguien que, sin saberlo, sufre estos síntomas de nuevo cuño. El origen está claro, el avance de la tecnología ha sido tan exponencial en los últimos años que no sólo ha condicionado nuestros usos y costumbres, sino también nuestro comportamiento. Aquello de facilitarnos la vida, poner a nuestro alcance conocimientos y acercar distancias a la hora de comunicarnos ha ido degenerando en una dependencia sin medida y en una vida en la que confluyen prácticamente en un mismo terreno las cuestiones de trabajo y las personales.



Los usuarios, desde los más adolescentes que han desarrollado el dedo pulgar gracias a la tecnología, hasta los más mayores que han hecho el esfuerzo de bucear en los avances técnicos sin complejos, nos enfrentamos a esta especie de necesidad de estar siempre conectados, una vida 2.0 en la que cedemos parte de nuestra privacidad a las redes sociales a cambio de sentirnos falsamente más informados, acompañados, entretenidos y mejor comunicados. Pensábamos que era obligatorio dar ese paso para no quedarnos atrás en la modernidad y lo que hemos conseguido es deshumanizarnos.



La red social Facebook revelaba recientemente un experimento sobre cómo influye lo que contamos de nosotros a través de Internet. Un falso adivinador era capaz de sorprender a sus interlocutores sabiendo sus sueños, anhelos y proyectos a la vez que destapaba situaciones de su pasado sólo consultando sus perfiles en las redes sociales. Todo legal y a la vista.

 Las reuniones de trabajo ya se convocan por mensajes instantáneos de teléfono y son inconcebibles sin videoconferencias y presentaciones de power point. Es nuestro GPS, en nuestros ratos libres la consulta del teléfono es obligatoria y nos lo llevamos incluso hasta al baño. Al regresar a casa, con la televisión o la radio de fondo, las nuevas tecnologías a través del portátil, el teléfono o la tableta siguen ocupando nuestro tiempo en detrimento de la comunicación verbal…



Está claro que la competitividad laboral explica que profesionalmente se busquen trabajadores dispuestos a pensar en el trabajo las 24 horas al día, a contestar inmediatamente, pero cuando esas personas tan avezadas en las tecnologías se integran en la vida laboral denotan una gran incapacidad de comunicación y de trabajo en equipo. Saben interactuar con las máquinas, pero no han aprendido a relacionarse ni conocen las actitudes corporales de la vida real… Y cómo no lo vamos a entender, si nosotros mismos, a imitación de los famosos, somos los primeros en disimular una llamada telefónica para evitar un encuentro o una conversación…



Estamos no sólo vigilados, como se ha puesto de manifiesto recientemente, y espiados, sino también acorralados y esclavizados de manera consentida. Pongámonos límites a la tecnología, desintoxiquémonos de la dependencia y disfrutemos con un libro, con un café y con una conversación cara a cara, aunque sea de vez en cuando… pero con el teléfono lejos y apagado.


























DEFINICIÓN :

Nomofobia

La nomofobia es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil.1 2 El término, que es una abreviatura de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia",3 y fue acuñado durante un estudio realizado por la Oficina de Correos del Reino Unido encargado al instituto demoscópico YouGov para estimar la ansiedad que sufren los usuarios de teléfonos móviles.



El estudio se llevó a cabo en Reino Unido en 2011 y contó con una muestra de 2163 personas, revelando que casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles en el Reino Unido tienden a sentir ansiedad cuando "pierden su teléfono móvil, se les agota la batería o el crédito, o no tienen cobertura de la red." De acuerdo con el estudio, alrededor del 58% de los hombres y el 48% de las mujeres sufre de la fobia, y un 9% adicional se siente estresado cuando sus móviles están apagados. La investigación también ha demostrado que los niveles de estrés de una persona con nomofobia son equiparables con los nervios que se tienen el día antes de la boda o de la visita al dentista.4 Respecto de las razones para que la ansiedad se manifestase, el 55% afirmó que era por el hecho de estar "aislado" de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos, mientras que un escaso 10% afirmó que la causa era su trabajo, ya que le exigía estar conectado permanentemente.5








Se trata de un trastorno que sufre, sin saberlo, al menos la mitad de la población. Cuando nos quedamos sin batería después de pasar todo el día fuera de casa, y una sensación de ansiedad nos invade y nos hace desear intensamente el momento en que volvamos a enchufar el teléfono móvil a la corriente, hablamos de un caso claro de nomofobia. Si somos presas de la desesperación al darnos cuenta a medio camino del trabajo de que hemos olvidado el móvil en el recibidor y de que en el transcurso de esa escasa media hora han podido contactarnos un número inconmensurable de personas, hablamos también de esta novedosa enfermedad, hasta ahora no declarada.



La nomofobia es el miedo irracional a estar sin teléfono móvil. El término proviene del anglicismo “nomophobia” (“no-mobile-phone-phobia”). La dependencia al dispositivo electrónico genera una infundada sensación de incomunicación en el usuario cuando este no puede disponer de él, bien porque lo haya dejado olvidado en casa, bien porque se haya agotado su batería o esté fuera de cobertura.



A pesar de contar con las vías ordinarias de comunicación, empezando por la de personarse ante su interlocutor, el nomofóbico enloquece ante la imposibilidad de contactar con cualquier persona en cualquier momento allí donde se encuentre. No se aplica únicamente a los usuarios de smartphones, si bien es cierto que los antiguos teléfonos móviles no generan en nosotros tanta adicción al no ofrecer posibilidad de navegación, ya que se ha trasladado el grueso de la actividad comunicativa de nuestros cercanos a la mensajería instantánea. Según las estadísticas, los usuarios de smartphones consultan sus teléfonos una media de 34 veces al día.



Los síntomas de este trastorno son sensación de ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza y dolor de estómago. Según los expertos, el nomofóbico suele ser una persona insegura y de baja autoestima. Las mujeres son quienes más la padecen, dado que su estructura cerebral les procura una mayor necesidad comunicativa y necesidad afectiva que a los varones. En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse en mayor medida en adolescente.



Nomofobia: la enfermedad que quizás padece y no lo sabe

La adicción al teléfono móvil es, para muchos, la enfermedad del siglo XXI. Tanto que, según los expertos, el miedo a estar sin el teléfono se puede diagnosticar ya como un trastorno para una gran parte de la población, sin que los afectados sean conscientes de Ello.





Leer más:  Nomofobia: la enfermedad que quizás padece y no lo sabe - La Razón digital  http://www.larazon.es/detalle_hemeroteca/noticias/LA_RAZON_436328/6785-nomofobia-la-enfermedad-que-quizas-padece-y-no-lo-sabe#Ttt1uYoo8FPvGr3f

Mejora tu Posicionamiento Web con http://www.intentshare.com 23 de marzo de 2012. 00:00h E. Villar.  Madrid.



El mejor teléfono móvil, ya sea con internet o sin él, un smartphone o un "zapatófono" de toda la vida, es aquel que usamos sólo cuando de verdad nos es útil. Y aquel del que podemos prescindir sin que nos ocasione ningún tipo de alteración. ¿Cuántos están en condiciones, hoy en día, de poder decirlo?



Que levante la mano quién es capaz de dejarse el móvil en casa y no tener un deseo irrefrenable de volver a por él. Quién se ha quedado sin batería una tarde y no ha tenido la sensación de estar ilocalizable. Quién ha salido sin teléfono y no ha albergado la sospecha de que precisamente esas horas recibirá una llamada importante que no podrá atender. Y sobre todo: quién ha salido del cine o del teatro en alguna ocasión y ha aguantado hasta la puerta de la calle sin revisar sus llamadas o mensajes perdidos.



Quien no pueda responder satisfactoriamente a estas preguntas, que se quede con este nombre: nomofobia. Es el término, abreviatura de la expresión inglesa 'no-mobile-phone phobia', que los expertos han puesto al miedo a estar sin el teléfono móvil, y que –dicen- es la enfermedad del siglo XXI. ¿Cuántos usuarios de este dispositivo la padecen?



Adicción al teléfono móvil

El último de los estudios sobre adicción al teléfono móvil arroja, desde luego, conclusiones preocupantes: el 66% de la población británica padece nomofobia, según una encuesta que acaba de hacer pública la firma OnePoll basándose en mil entrevistas. La dependencia ha llegado a tal punto que el 41% de los usuarios del Reino Unido tiene dos teléfonos o más para estar permanentemente conectado.



Hace cuatro años, una encuesta similar cifró en el 53% el porcentaje de personas adictas al móvil, trece puntos por debajo, lo que da una idea del ritmo de crecimiento de este trastorno, tanto como la frecuencia con la que se hace uso del teléfono. Por término medio, cada usuario consulta su móvil 34 veces al día. Teniendo en cuenta que muchos de ellos siguen haciéndolo solo ocasionalmente, es fácil hacerse una idea de la dependencia del teléfono móvil que tienen algunos.



Y claro, ante un bien tan preciado, y como ocurre con cualquier tesoro que se convierte en obsesión, el miedo a perderlo puede llegar a ser aterrador. Según el estudio, el 70% de las mujeres reconoce tener pánico a perder su teléfono móvil, frente al 61% de los hombres.



Dependencia del móvil entre los jóvenes




Como es obvio, la dependencia del móvil es especialmente preocupante entre los más jóvenes. Francisca López Torrecilla, experta en adicciones y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada (UGR) , cifra en el 8% el porcentaje de universitarios españoles que sufre 'nomofobia'.



Sin embargo, lo más interesante son las consecuencias que, a su juicio, acarrean este miedo irracional a no llevar el teléfono móvil encima, y que se resumen en que los jóvenes se aburren cada vez más con las actividades habituales de ocio. Según López Torrecilla, los adictos al móvil suelen presentar algunas características de personalidad comunes, como una baja autoestima, problemas con la aceptación del propio cuerpo y déficit en habilidades sociales y en resolución de conflictos.



Además, la nomofobia se manifiesta en síntomas como ansiedad, malestar general, enfado o inquietud, negación, ocultación y/o minimización del problema, sentimiento de culpa y disminución de la autoestima.







Leer más:  Nomofobia: la enfermedad que quizás padece y no lo sabe - La Razón digital  http://www.larazon.es/detalle_hemeroteca/noticias/LA_RAZON_436328/6785-nomofobia-la-enfermedad-que-quizas-padece-y-no-lo-sabe#Ttt1uYoo8FPvGr3f

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Cómo superar la nomofobia

Hoy en día la mayoría de la población cuenta  con un  teléfono móvil, se trata de uno de los avances tecnológicos más importantes que hemos vivido. Los teléfonos móviles han pasado a ser parte de nuestras vidas y constituyen uno de los objetos personales más significativos. Se estima que el 53% de las personas que tienen teléfonos móviles tienen nomofobia, es decir, miedo irracional de salir a la calle sin el móvil. Si tú padeces nomofobia, aquí te daremos algunas recomendaciones para ayudarte a superarlo.

Instrucciones:


1._ Consulta con un especialista. La nomofobia es un trastorno de ansiedad, y como tal, debe ser tratado por un profesional de la salud. Se recomienda la terapia cognitivo- conductual que tiene que ver con la modificación de la conducta.

2._Apaga el móvil durante la noche. De a poco, puedes proponerte tomar distancia del teléfono móvil apagándolo por la noche.

3._Aléjalo de ti. Mientras estés dentro de tu casa, trata de dejar el móvil en otra habitación.

4._Breves salidas sin el móvil. Cuando tengas que ir de compras o a algún lugar cercano de tu casa, trata de salir sin tu teléfono móvil.

5._Elimina toda aplicación que te permita conectarte a Internet. De esta manera, reduces la utilización del teléfono móvil a recibir, enviar mensajes de texto, hacer y responder llamadas.






































Nomofobia: esclavos del móvil


Miedo a no estar conectado, angustia a dejarse el smartphone en casa o consultar los mensajes cada pocos segundos. El teléfono móvil es una herramienta que hoy no falta en la vida de nadie. Un aparato imprescindible que, en muchos casos, se convierte en un problema de salud grave



MADRID/EFE/PAZ OLIVARES LUNES 13.01.2014 SIN COMENTARIOS ↓ ENVIAR

La nomofobia es el miedo a dejarse el móvil en casa/EFE/Jorge Zapata


El término nomofobia significa “no-mobile-phone phobia” o, lo que es lo mismo, la dependencia al teléfono móvil llevada al extremo. Es el nombre con el que se ha definido al miedo de estar sin móvil. Puede parecer una simple adicción, pero también es posible que detrás de eso haya un grave problema psicológico.



Las fobias son una manifestación de nuestros conflictos internos expresados a través de algún tipo de miedo o angustia. Con el desarrollo de las tecnologías, han nacido nuevas fobias que se relacionan directamente con la innovación de los dispositivos electrónicos.



El uso diario y continuo de Internet, las redes sociales, tablets o smartphones hace que nuestra salud se vea afectada. Antonio de Dios, psicólogo del Hospital Quirón de Marbella, ha hablado con EFEsalud para explicar las razones por las que se produce la nomofobia y cómo combatirla.



Síntomas



Sensación de ansiedad

Taquicardias

Pensamientos obsesivos

Dolor de cabeza

Dolor de estómago

Causas



La nomofobia: el miedo a vivir sin móvil

EFE/ Sebastiao Moreira

Por un lado, se produce una dependencia absoluta de los demás, pues el móvil es una manera de estar conectado. Es todo un problema de autoestima y de relación. De hecho, la inseguridad personal es el factor más común que causa nomofobia.



La idea de perfeccionismo es otra de las razones por las que aparecen estos casos, ya que en estas personas existe una necesidad de hacerlo todo sin ningún fallo.



“Mi vida circula alrededor de satisfacer al otro, así que, si me llaman y no tengo la posibilidad de estar conectado, me siento solo. Aparece el miedo a decepcionar a los demás”, afirma Antonio de Dios.



Si estamos esperando una llamada y no contestamos, sentimos que estamos fallando y el miedo se apodera de nosotros



Consecuencias



Al producirse una esclavitud absoluta al móvil, la adicción a veces es incontrolable.



Antonio de Dios asegura que los que sufren este problema son personas que no pueden apagar el móvil por las noches y que, por tanto, se ven interrumpidos durante sus horas de sueño. El insomnio es, por tanto, una de las consecuencias más frecuentes en los pacientes con nomofobia.



Lo primero que hacen los nomofóbicos al tener un móvil entre sus manos, después de un rato sin utilizarlo, es consultarlo inmediatamente.



“Es como el que tiene adicción al tabaco, que lo pasa mal cuando se le acaban los cigarrillos y que, en cuanto tienen la posibilidad de fumar, lo primero que hacen es encenderse uno”



Tratamiento



Siempre es aconsejable, ante cualquier duda, consultar con una persona especializada en dependencias, adicciones y en el tratamiento de la seguridad personal o la autoestima.



El abuso del smartphone se produce muchas veces porque la persona se siente presionada en algunos aspectos de su vida y de los que debería liberarse.



“Nuestra vida ha de estar centrada en nosotros mismos y no en la comunicación con los demás. De hecho, estar en contacto con el resto debería ser considerado como un extra”



Perfil del nomofóbico



Es una persona que tiene falta de seguridad en sí misma y baja autoestima. En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse mucho más en adolescentes, pues ellos tienen más necesidad de ser aceptados dentro del grupo, además de que los jóvenes están más familiarizados con las nuevas tecnologías que las personas más mayores.



La nomofobia: el miedo a vivir sin móvil

EFE/ Harold Escalona

Suele ser más común entre en sexo femenino, pues la estructura cerebral de las mujeres hace que tengan más facilidad para comunicar y más necesidad afectiva que los varones. Además, ellas tienen mayor capacidad para establecer relaciones afectivas.



“Los hombres no tenemos tanta necesidad y utilizamos el teléfono móvil para aspectos tecnológicos, laborales o de gestión”, apunta De Dios.



Cómo afecta a las relaciones afectivas



Las relaciones de pareja se han visto afectadas en gran medida por el uso permanente del smartphone, aunque también es cierto que las facilita en muchas ocasiones. Hoy en día, tenemos muchas formas de comunicarnos, aunque, llevado al extremo, esto provoca un enorme problema.



“El hecho de mantener una relación a través de la pantalla hace que, a la larga, no seamos capaces de ser nosotros mismos cuando estamos cara a cara. Las personas inseguras se benefician al estar protegidas por un teclado y al poder expresar más cosas en la realidad virtual”, explica el especialista.



Se trata de un círculo vicioso. El miedo a la inseguridad aumenta la protección de estar detrás de un aparato y, al pasar más tiempo con el artilugio entre manos, más habilidad adquirimos en su uso y más pánico tenemos al cara a cara.



“A veces no somos capaces de trasladar las relaciones que creamos a través del ordenador o del WhatsApp a la realidad del día a día. Ahí estaremos ante un problema”, declara el psicólogo Antonio de Dios.



Consejos



Apuntar lo que sería un uso razonable del teléfono

Apagar el móvil durante las comidas o durante una reunión familiarizados

Priorizar la realidad al mundo virtual

Si nos damos cuenta de que la ansiedad se apodera de nosotros al dejarnos el teléfono en casa, nunca está de más consultar con un especialista

1 comentario:

  1. Por qué tendría que ser dramático perder la virginidad?
    Vivimos imponiéndonos ideas disque morales... cuando no es más que nuestro grado de ignorancia...

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